Anunciemos la Paz Verdadera.
¡Paz a vosotros hermanos
míos!
A menudo, escuchamos a
hombres y mujeres líderes y lideresas políticas ofertando la paz a los pueblos.
Tal propuesta, es manifestada cada vez más en los últimos años, tiempo en que
la geopolítica mundial se mueve aceleradamente, tal vez, porque los países más
poderosos, sienten que vienen emergiendo otras naciones y que estos van
ocupando espacios en el planeta que hasta hace poco el control era
absolutamente de las superpotencias.
Definitivamente, el mundo se
está moviendo y es un hecho cada vez mas inminente ante los ojos de una
sociedad que se mueve al mismo ritmo de ella. Podemos estar percibiendo lo que
solo observamos o escuchamos atravez de los medios de comunicación o lo que
ellos pretenden que creamos todos. Sin embargo, es más que petróleo y recursos
minerales, es más que agua, economía, modernidad, postmodernidad, oferta y
demanda, moda o cultura lo que está detrás de este gigantesco juego de ajedrez
a escala planetaria. La verdad de todo, es que el mundo camina hacia lo que la
iglesia con plena seguridad debe conocer.
Todo es cuestión de tiempo.
Y ante lo que se aproxima, es propicio el momento para ir al evangelio de
Cristo, porque en ella está la respuesta:
Juan 14. 27 Versión
Reina-Valera 1960
La Paz os dejo, mi Paz os doy; yo no la os doy como el mundo la da. No
se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
La revelación de la palabra
es dada por intermedio del Espíritu Santo, la cual es entendida por el mismo Espíritu
solo para aquellos que muestran interés en conocerla. Así pues, solo los que se
alimentan de ella, alimentan al espíritu y reciben cosas grandes y ocultas que
no conocemos (Jeremías 33.3).
Bien, en relación a la
palabra del Señor, escrita en el Libro del Evangelio de Juan capitulo 14 versículo
27, allí Jesucristo nos habla de la Paz, de una paz dejada por él para
nosotros, y al mismo tiempo aclara, que no es la paz que el mundo nos quiere
dar, por lo que no se necesita estudiar tanto para saber que existen dos clases
de Paz. Si una característica grande presentaba el Ministerio de Jesús, era la
de ser buen maestro para poder enseñar.
Ahora bien, hagamos
definiciones sobre la Paz de Cristo y la paz del mundo, luego contrastemos
entre ambas para ver sus diferencias entre ellas.
Empecemos por la Paz del mundo, de acuerdo al DRAE
(Diccionario de la Real Academia Española) definen los siguientes conceptos:
2. También
en una segunda definición, expresa que es una pública
tranquilidad y quietud de los Estados, en contraposición a la guerra o a la
turbulencia.
3. De igual modo, explica que es un tratado o convenio que se concuerda
entre los gobernantes para poner fin a una guerra.
4.
Sosiego y buena correspondencia de unas
personas con otras, especialmente en las familias, en contraposición a las
disensiones, riñas y pleitos.
Por su parte, la Paz de Cristo, es definida según el DRAE
(Diccionario de la Real Academia Española) como:
Cuadro
Comparativo entre la Paz del Mundo y la Paz de Cristo
Paz
del mundo
|
Paz
de Cristo
|
Temporal
|
Duradera, Es para siempre ()
|
Depende del Hombre
|
Depende de Dios ()
|
Ofrece tranquilidad
|
Ofrece Reconciliación ()
|
Es Publica
|
Es Espiritual, Secreta ()
|
La da pero no la deja
|
La deja y la da (Juan 14. 27)
|
No siempre te acerca al hombre
|
Te acerca a Dios ()
|
Por conveniencia política
|
Por acción voluntaria (Lucas 2.14)
|
Quienes vivimos por fe y no
por vista (2 Corintios 5.7), estamos
llamados por Dios para anunciar el mensaje de la Paz (2 Corintios 5.11), la verdadera Paz que es la reconciliación,
aquella que perdura en el tiempo y nos acerca a Dios, velando siempre con firmeza
en la fe con valentía y esfuerzo (1Corintios
16.13).
A la llegada de el Salvador,
Dios quiso anunciar nuevas de gran gozo a los más humildes y el Ángel del
Señor, expresó que seria para todo el pueblo. Ahhh! Qué hermoso debe haber sido
aquel momento para los pastores, cuando apareció aquella gran multitud de
huestes celestiales, que alababan a Dios y decían:
Lucas 2. 14 Versión
Reina-Valera 1960
¡Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz,
buena voluntad para con los hombres!
Así pues, la promesa de
reconciliación con su pueblo por parte de Dios y anunciada desde la antigüedad
de los profetas había nacido en la ciudad de David, y se hallaba envuelto en
pañales y acostado en un pesebre (Lucas
2.12).
La paz de Cristo, es dada
por la reconciliación del Padre con su pueblo, la manera de estar en perfecta
armonía con Dios y obtener el regalo más grande en ser humano, la salvación
eterna. La Paz del Señor no es un acto simbólico ni mucho menos un símbolo de
religiosidad, más bien, es la puerta de entrada para poder ver a Dios. Cabe
destacar, que no basta solo con escuchar el mensaje sino con la acción de
paciencia en la respuesta que debe ser tardía, al igual que la ira.
Así mismo, ante un mundo
cambiante, desenfrenado y con perturbaciones a escala global, la cual algunos,
gobernados por las fuerzas oscuras del Diablo pretenden y quieren hacernos ver
lo que no es, y lo que es ocultarlo de la opinión pública para continuar con la
estrategia de la secularización de la sociedad y mantener el dominio, la
hegemonía y el control de las mentes de aquellos, cuya tarea de libertar, debe
estar enmarcadas en acciones más concretas, firmes y con valentía.
Los tiempos están siendo
acortados para que ninguno perezca, es tiempo para estar preparados y no para
prepararse, es tiempo de Paz, de aquella que alguna vez mencionó el Señor, que
no solamente la dejó sino que nos las dio en razón a la buena voluntad del
Padre para la humanidad.
Que la Paz de Dios este con
todos vosotros. Amén.
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