viernes, 2 de febrero de 2018

Anunciemos la Paz Verdadera.



Anunciemos la Paz Verdadera.


¡Paz a vosotros hermanos míos!

A menudo, escuchamos a hombres y mujeres líderes y lideresas políticas ofertando la paz a los pueblos. Tal propuesta, es manifestada cada vez más en los últimos años, tiempo en que la geopolítica mundial se mueve aceleradamente, tal vez, porque los países más poderosos, sienten que vienen emergiendo otras naciones y que estos van ocupando espacios en el planeta que hasta hace poco el control era absolutamente de las superpotencias.

Definitivamente, el mundo se está moviendo y es un hecho cada vez mas inminente ante los ojos de una sociedad que se mueve al mismo ritmo de ella. Podemos estar percibiendo lo que solo observamos o escuchamos atravez de los medios de comunicación o lo que ellos pretenden que creamos todos. Sin embargo, es más que petróleo y recursos minerales, es más que agua, economía, modernidad, postmodernidad, oferta y demanda, moda o cultura lo que está detrás de este gigantesco juego de ajedrez a escala planetaria. La verdad de todo, es que el mundo camina hacia lo que la iglesia con plena seguridad debe conocer.

Todo es cuestión de tiempo. Y ante lo que se aproxima, es propicio el momento para ir al evangelio de Cristo, porque en ella está la respuesta:

Juan 14. 27 Versión Reina-Valera 1960

La Paz os dejo, mi Paz os doy; yo no la os doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

La revelación de la palabra es dada por intermedio del Espíritu Santo, la cual es entendida por el mismo Espíritu solo para aquellos que muestran interés en conocerla. Así pues, solo los que se alimentan de ella, alimentan al espíritu y reciben cosas grandes y ocultas que no conocemos (Jeremías 33.3).

Bien, en relación a la palabra del Señor, escrita en el Libro del Evangelio de Juan capitulo 14 versículo 27, allí Jesucristo nos habla de la Paz, de una paz dejada por él para nosotros, y al mismo tiempo aclara, que no es la paz que el mundo nos quiere dar, por lo que no se necesita estudiar tanto para saber que existen dos clases de Paz. Si una característica grande presentaba el Ministerio de Jesús, era la de ser buen maestro para poder enseñar.
Ahora bien, hagamos definiciones sobre la Paz de Cristo y la paz del mundo, luego contrastemos entre ambas para ver sus diferencias entre ellas.

Empecemos por la Paz del mundo, de acuerdo al DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) definen los siguientes conceptos:

1.    Es una situación y relación mutua de quienes no están en guerra.
2.    También en una segunda definición, expresa que es una pública tranquilidad y quietud de los Estados, en contraposición a la guerra o a la turbulencia.
3.    De igual modo, explica que es un tratado o convenio que se concuerda entre los gobernantes para poner fin a una guerra.
4.    Sosiego y buena correspondencia de unas personas con otras, especialmente en las familias, en contraposición a las disensiones, riñas y pleitos.
Por su parte, la Paz de Cristo, es definida según el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española) como:

Cuadro Comparativo entre la Paz del Mundo y la Paz de Cristo

Paz del mundo
Paz de Cristo
Temporal
Duradera, Es para siempre ()
Depende del Hombre
Depende de Dios ()
Ofrece tranquilidad
Ofrece Reconciliación ()
Es Publica
Es Espiritual, Secreta ()
La da pero no la deja
La deja y la da (Juan 14. 27)
No siempre te acerca al hombre
Te acerca a Dios ()
Por conveniencia política
Por acción voluntaria (Lucas 2.14)

Quienes vivimos por fe y no por vista (2 Corintios 5.7), estamos llamados por Dios para anunciar el mensaje de la Paz (2 Corintios 5.11), la verdadera Paz que es la reconciliación, aquella que perdura en el tiempo y nos acerca a Dios, velando siempre con firmeza en la fe con valentía y esfuerzo (1Corintios 16.13).

A la llegada de el Salvador, Dios quiso anunciar nuevas de gran gozo a los más humildes y el Ángel del Señor, expresó que seria para todo el pueblo. Ahhh! Qué hermoso debe haber sido aquel momento para los pastores, cuando apareció aquella gran multitud de huestes celestiales, que alababan a Dios y decían:

Lucas 2. 14 Versión Reina-Valera 1960

¡Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz,
buena voluntad para con los hombres!

Así pues, la promesa de reconciliación con su pueblo por parte de Dios y anunciada desde la antigüedad de los profetas había nacido en la ciudad de David, y se hallaba envuelto en pañales y acostado en un pesebre (Lucas 2.12).

La paz de Cristo, es dada por la reconciliación del Padre con su pueblo, la manera de estar en perfecta armonía con Dios y obtener el regalo más grande en ser humano, la salvación eterna. La Paz del Señor no es un acto simbólico ni mucho menos un símbolo de religiosidad, más bien, es la puerta de entrada para poder ver a Dios. Cabe destacar, que no basta solo con escuchar el mensaje sino con la acción de paciencia en la respuesta que debe ser tardía, al igual que la ira.

Así mismo, ante un mundo cambiante, desenfrenado y con perturbaciones a escala global, la cual algunos, gobernados por las fuerzas oscuras del Diablo pretenden y quieren hacernos ver lo que no es, y lo que es ocultarlo de la opinión pública para continuar con la estrategia de la secularización de la sociedad y mantener el dominio, la hegemonía y el control de las mentes de aquellos, cuya tarea de libertar, debe estar enmarcadas en acciones más concretas, firmes y con valentía.

Los tiempos están siendo acortados para que ninguno perezca, es tiempo para estar preparados y no para prepararse, es tiempo de Paz, de aquella que alguna vez mencionó el Señor, que no solamente la dejó sino que nos las dio en razón a la buena voluntad del Padre para la humanidad.

Que la Paz de Dios este con todos vosotros. Amén.

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