Gimnasia para las venas
Autor:
Redacción Onmeda Revisión
médica: Dr. Tomás Rodelgo
© Jupiterimages/Thinkstock Images
Las
personas que hacen ejercicio regularmente, no sólo aumentan su bienestar, sino
que también cuidan la salud de sus venas. A través de una actividad física
dirigida y regular, se pueden mantener las venas en forma y, por lo tanto,
prevenir sus posibles enfermedades.
Las venas
tienen una función primordial, bombean alrededor de 7.000 litros de sangre al
corazón para que allí pueda ser enriquecida con oxígeno. Cuando se padecen
varices u otras enfermedades de las venas, el transporte de la sangre al
corazón se puede vera alterada. La causa son unas paredes venosas laxas y
válvulas venosas que no se cierran adecuadamente.
Normalmente,
las válvulas unidireccionales que se encuentran dentro de las venas promueven
la circulación de la sangre únicamente hacia el corazón. Si las venas se
dilatan, tienen un diámetro mayor que el que la válvula venosa puede abarcar.
La sangre puede fluir en sentido contrario a través de la válvula mal
cerrada y se acumula. Este "atasco de sangre" hace que las
venas flácidas se engrosen aún más, al no poder soportar la mayor presión.
Síntomas
Los síntomas
de una enfermedad venosa debida a una obstrucción son pies hinchados,
pesadez en las piernas (especialmente al final del día), picor o cosquilleo.
Por la noche, algunas personas sufren calambres en las piernas. Las
enfermedades de las venas pueden conducir al desarrollo de venas varicosas
(varices). Las venas se dilatan tanto que se aprecian perfectamente en la
superficie de la piel. Estas enfermedades pueden resultar dolorosas y, en
etapas avanzadas, conducir a cambios en la piel que deben ser observados
médicamente.
Factores de riesgo
A menudo,
la causa de las enfermedades venosas es un débil tejido conectivo congénito.
Pero hay otros factores de riesgo que se pueden controlar. La obesidad,
el consumo de alcohol o nicotina y el sedentarismo son factores de riesgo para
desarrollar problemas venosos.
Deporte para las venas
Para que
las venas se mantengan en forma es importante el ejercicio regular. Las
debilidades venosas en las piernas pueden contrarrestarse con una gimnasia
específica para las venas. Con la contracción y relajación de los músculos
de la pierna, la sangre de las venas se ve impulsada hacia el corazón.
El ejercicio
aeróbico, como caminar, la marcha nórdica, correr, montar en bicicleta o
nadar, también promueve la circulación natural de la sangre y ayuda a prevenir
las enfermedades venosas.
Consulta
con tu médico cuál es el ejercicio más adecuado para cada caso concreto porque
no están indicados todas las modalidades deportivas.
Fuentes:
Onmeda
Internacional
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