domingo, 19 de noviembre de 2017

"El pacto de Dios con su pueblo"



"El pacto de Dios con su pueblo"



El pacto antiguo que Dios hizo con su pueblo en el monte Sinaí y mejorado con la muerte de Jesús en la cruz, conocido como el nuevo pacto, su propósito ha seguido vigente para cada cristiano hoy día.
Aunque este pacto fue hecho con Adán, y más tarde se le renovó a Abrahán, no pudo ratificarse sino hasta la muerte de Cristo.  Existió en virtud de la promesa de Dios desde que se indicó por primera vez la posibilidad de redención.  Fue aceptado por fe: no obstante, cuando Cristo lo ratificó fue llamado el pacto nuevo. 

La ley de Dios ha sido la base de este pacto, que era sencillamente un arreglo para restituir al hombre a la armonía con la voluntad divina, colocándolo en situación de poder obedecer la ley de Dios.

Dios le hizo una promesa a Abraham: “Camina delante de mí y sé perfecto. Yo cumpliré mi pacto entre yo y tú, y te multiplicaré en gran manera. Tú serás padre de muchas naciones." Génesis 17:1-5.
"En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra" (Génesis 22: 18).  Esta fue "la bendición de Abraham" que habría de extenderse también a los gentiles por medio de Jesucristo "para que la bendición de Abraham en los gentiles fuese en Cristo Jesús; para que por la fe recibamos la promesa del Espíritu. (Gálatas 3: 14).  Todos los que son de Cristo ciertamente son "linaje de Abraham" y "herederos según la promesa" (Gálatas 3: 29). 

El Señor hizo un pacto especial con el antiguo Israel: "Ahora pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y gente santa" Éxodo 19: 5-6.

También se dirige al pueblo que guarda sus mandamientos en los últimos días diciendo: "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable". (1 Pedro. 2: 9.)

Y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, mas a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis. Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra. Deuteronomio 4: 12,13

En la Biblia aparecen dos pactos: uno "antiguo" y otro "nuevo".  En realidad, no hay más que un pacto: el plan de salvación, que es un "pacto eterno". El pacto eterno es sencillamente lo que Dios ha dispuesto para la salvación de la raza humana.  Este pacto fue establecido con Adán en el Edén y más tarde fue renovado con Abrahán.

Los términos del pacto antiguo eran: Obedece y vivirás. "El hombre que los hiciere, vivirá en ellos" (Eze. 20: 11; Lev. 18: 5.); pero "maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para cumplirlas." (Deut. 27: 26.) 

El nuevo pacto se estableció sobre la promesa del perdón de los pecados y de la gracia de Dios para renovar el corazón y ponerlo en armonía con los principios de la ley de Dios.

"He aquí, vienen días en que haré con la casa de Israel un nuevo pacto, no como el pacto antiguo que rompieron, este es el nuevo pacto que haré con la casa de Israel. Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo".  La ley de Dios era la base del antiguo pacto que Dios hizo con Israel... (Exo. 19: 5- 8; 34: 27, 28); y también era la base del nuevo pacto bajo el cual prometía escribir la ley divina en el corazón. Véase, Jeremías 31: 31 - 34.  Hebreos 8: 8 - 12. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis mandamientos, y guardéis mis derechos, y los pongáis por obra.  Ezequiel 36:27.

Las condiciones por las cuales puede ganarse la vida eterna bajo el nuevo pacto, son las mismas que había bajo el antiguo pacto, basado en la obediencia. Este pacto tiene el mismo valor  hoy día como la tuvo cuando el Señor lo hizo con el antiguo Israel. En el nuevo pacto en que nos ha tocado vivir somos uno en Cristo Jesús, (Gálatas  3:28) y debido a eso debemos reconocer los reglamentos establecidos por Dios en el nuevo pacto que se basan en la obediencia. 

Era sorprendente para judíos y gentiles que ambos hubieran entrado en la relación del nuevo pacto con el Mesías por los mismos medios, aun cuando los primeros tenían la ventaja de haber recibido antes la palabra divina (Rom. 3: 1-2). "Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús." Gálatas  3:28.

Los judíos eran el pueblo escogido de Dios, por medio del cual se había propuesto bendecir a todas las naciones de la tierra. De entre ellos Dios había levantado muchos profetas. Estos habían predicho el advenimiento de un Redentor que iba a ser rechazado y muerto por aquellos que hubieran debido ser los primeros en reconocerlo como el Prometido.

Pablo declara en Romanos 10: 20, 21. "E Isaías determinadamente dice: Fui hallado de los que no me buscaban; (gentiles) manifiésteme a los que no preguntaban por mí. Más acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor". Véase Isaías  65: 1, 2.

Aunque Israel rechazó a su Hijo, Dios no los rechazó a ellos.  Escuchemos cómo continúa Pablo su argumento: "Por tanto pregunto: ¿Acaso rechazó Dios a su pueblo? ¡De ninguna manera! Porque yo mismo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. Dios no rechazó a su pueblo, al cual conoció de antemano. ¿O no sabéis lo que dicen las Escrituras en el caso de Elías, cuando consultó con Dios contra Israel? Dice: Señor, han matado a tus profetas y han derribado tus altares; y yo he quedado solo, y procuran quitarme la vida.  Pero, ¿qué le dice la respuesta divina? He dejado para mí siete mil hombres que no han doblado la rodilla delante de Baal.  Así también, en este tiempo presente se ha levantado un remanente según la elección de gracia. Romanos 11:1- 5 (RVA)
"Como también en Óseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, (gentiles) Y a la no amada, amada. Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, Allí serán llamados hijos del Dios viviente. También Isaías clama tocante a Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo. Romanos 9: 25 - 29.  (Óseas 2:23, Isaías 10: 22, 23)

El apóstol pablo dice que Dios levantó un remanente de entre el pueblo, del cual él era parte, y a ese remanente lo envío primero a predicar el mensaje de salvación a las ovejas perdidas de Israel. Mateo 10: 1 - 6.

"El pueblo desecha la palabra de Dios"

"Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: "A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles. Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra. Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Hechos 13: 46-49.

A pesar del fracaso de Israel como nación, había entre ellos un buen remanente que se salvaría. En el tiempo del advenimiento del Salvador, había hombres y mujeres fieles que habían recibido con alegría el mensaje de Juan el Bautista, y habían sido inducidos así a estudiar de nuevo las profecías concernientes al Mesías.

Cuando se fundó la iglesia cristiana primitiva, estaba compuesta de estos fieles judíos que reconocieron a Jesús de Nazaret como Aquel cuyo advenimiento habían anhelado. A este remanente se refiere Pablo cuando escribe: "Si el primer fruto es santo, también lo es todo, y si la raíz es santa, también lo son las ramas."

Pablo compara el residuo de Israel a un noble olivo, algunas de cuyas ramas habían sido cortadas. Compara a los gentiles a las ramas de un olivo silvestre, injertadas en la cepa madre. "Que si algunas de las ramas fueron quebradas ­escribe a los creyentes gentiles,­ y tú, siendo acebuche, has sido ingerido en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la grosura de la oliva; no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. Pues las ramas, dirás, fueron quebradas para que yo fuese ingerido. Bien: por su incredulidad fueron quebrados, mas tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, antes teme, que si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco no perdone. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios: la severidad ciertamente en los que cayeron; mas la bondad para contigo, si permanecieres en la bondad; pues de otra manera tú también serás cortado." Léase Romanos 11:16-24.

El pueblo de Israel por su desobediencia al pacto cayeron, esto es un ejemplo para cada creyente en estos días, si no nos sometemos a la voluntad de Dios estamos quebrando el pacto que Dios ha establecido desde el principio. Nosotros somos parte del pueblo de Israel, hemos sido injertados al tronco del olivo. Las mismas ordenanzas que Dios les dio a ellos en el pacto son para nosotros también. No podemos decir, los diez mandamientos fueron para los judío, no, también son para cada creyente que ha entrado en el nuevo pacto. Para cada uno de nosotros.

En el nuevo pacto fueron abolidas las leyes de rito y ceremonias tales como, Cédula de los ritos, comida, ó en bebida, ó en parte de día de fiesta, ó de nueva luna, ó de sábados rituales  que se celebraban una vez al año. Estas representaban la sombra de lo porvenir, que es Cristo. Todo esto fue quitado  de en medio y clavado  en la cruz; Lo cual es la sombra de lo por venir; mas el cuerpo es de Cristo. Colosense 2: 14-17.

En el nuevo pacto Jesús dijo: "Si guardareis mis mandamientos, estaréis en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y estoy en su amor." Juan 15:10.  "Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús." Apocalipsis 14:12, Hebreos 4: 4-11.

Pablo como apóstol de los gentiles dice: "la ley á la verdad es santa, y el mandamiento santo, y justo, y bueno". Romanos 7:12.

"En los últimos días líderes religiosos dejaran a un lado la sana doctrina"

 "Quiero que anuncies el mensaje de Dios en todo momento. Insiste en anunciarlo, aunque no parezca ser el mejor momento. Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala; instrúyela con mucha paciencia. Porque llegará el día en que la gente no querrá escuchar la buena enseñanza. En cambio, querrá oír enseñanzas diferentes. Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír. La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que pondrá atención a toda clase de cuentos. (2Timoteo 4:2-4. (Nueva versión, Biblia lenguaje sencillo)

Conclusión:

Es muy importante que comprendamos que el pacto que Dios hizo con su pueblo luego fue mejorado con la muerte de Jesús.

¡Jesucristo fue hecho un pacto para nosotros: Él es el Mediador y el Ejecutor del nuevo pacto!

El deseo del corazón de Dios no es que el hombre le sirva y sea sumiso ante Él. ¡Dios desea darle al hombre todo lo que Él es para que el hombre lo disfrute y lo exprese! Por eso Dios creó al hombre y lo colocó frente al árbol de la vida. ¡Él quería que el hombre lo disfrutara y lo tomara como su vida! Por esta razón Dios llamó a Abraham e hizo un pacto con él, prometiéndole a él y a su descendencia que serían bendecidos. Igualmente por esto Dios escogió un pueblo, Israel, y moró entre ellos. Por la misma razón Dios se hizo hombre en la persona del Señor Jesús; llegó a ser el Espíritu vivificante en Su resurrección y regeneró a muchos creyentes en Cristo para ser Su Cuerpo, para que este Cuerpo fuera Su expresión y reproducción. Todo por esto: ¡Dios desea impartir todo lo que Él es, todas las riquezas de Su ser, dentro del hombre, para que el hombre pueda disfrutarle, sea lleno de Él y exprese a Dios de manera espontánea! Aunque el hombre cayó y llegó a ser pecador, ofendiendo a Dios hasta el extremo, Dios todavía quiere lo mismo. En Su sabiduría el ofreció a Cristo para rescatar al hombre del enemigo y que el hombre pudiera cumplir todos los requisitos de la justicia, la santidad y la gloria de Dios. ¡Cristo vivió como hombre sobre la tierra de manera perfecta, fue llevado a una muerte que es todo-inclusiva y trajo al hombre de regreso a Dios!

En el antiguo Testamento vemos que Dios puso a Cristo por pacto a Su pueblo. Isaías 42:6 dice:
    Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones,

Jesucristo fue hecho pacto para nosotros. ¡Él es la garantía de Dios, el fiador de Dios, pues Él es la herencia para Su pueblo! Este pacto es más sólido que una mera promesa. ¡Es algo validado y promulgado, es decir, anunciado y puesto en vigor por la sangre derramada de Cristo (Mt 26:28)! Cristo promulgó el nuevo pacto (el cual finalmente llegó a ser testamento nuevo) con Su sangre, para la redención de las transgresiones del pueblo de Dios. Él redimió al hombre de vuelta a Dios e hizo al hombre apto para heredar todo de Dios. Ahora Dios es nuestra herencia. ¡El Espíritu es las arras de nuestra herencia (Ef 1.14) y Cristo es el fiador del nuevo pacto! (Heb 7:22). ¡Los atributos divinos de Dios han llegado a ser las inescrutables riquezas de Cristo, que nosotros heredamos, y el Dios Triuno completo es la garantía y las arras que nos asegura y nos adelantan que esto efectivamente está ocurriendo! Cristo es el nuevo pacto que Dios nos entrega. Él es la garantía, la seguridad del nuevo pacto. Él promulgó el nuevo pacto y en Su resurrección Él llegó a ser todo nuestro legado (herencia) según este nuevo pacto y Él es también el Mediador, el Ejecutor, para llevar a cabo este nuevo testamento (Heb 9:15-17).

¡Esto es grandioso! ¡Cristo lo es todo en la economía de Dios y Él es lo único que Dios nos entrega! ¡Él es el Amado de Dios, la corporificación de todo lo que Dios es y todo lo que Dios tiene, y nuestra porción según el testamento nuevo asignado por Dios a nosotros! ¡Hoy Cristo es el Mediador de este nuevo arreglo, pacto nuevo, que asegura que todos Sus creyentes puedan disfrutar a Dios hasta el máximo! ¡También asegura que todos nos beneficiemos de este nuevo pacto! Cristo, como el Ejecutor del nuevo pacto está haciendo que todo nuestro legado, según este nuevo pacto (que está contenido en el Nuevo Testamento) esté siendo aplicado y hecho real para nosotros, los creyentes en Cristo. Él, como la centralidad y universalidad de la economía de Dios, es la realidad del nuevo testamento. ¡El mismo Cristo, siendo tan rico, es el pacto que Dios nos entrega! ¡Por un lado, es un “pacto legal”, que establece obligaciones. Esto compromete a Dios a darnos todo lo que Él es. ¡Por otro lado, Cristo en nuestro espíritu es la realidad del nuevo pacto! Cuando nos volvemos a nuestro espíritu, disfrutamos a Cristo como nuestro Mediador. ¡Él nos aplica todas las riquezas de Dios, todo lo que Dios es y tiene, y todo lo que Cristo ha logrado! [Del Estudio-vida de Isaías tal como se cita en la Palabra santa para el avivamiento matutino sobre el estudio de cristalización de Isaías (2)] [read more this sharing in English also via, Jesus Christ became a covenant to us: He is the Mediator and Executor of the new covenant!]

    ¡Gracias Señor por el Nuevo pacto! ¡Eres la Persona todo-inclusiva que pasó por este maravilloso proceso para llegar a ser el nuevo pacto que Dios nos da! ¡Señor, que sigamos disfrutándote como la realidad de todo lo que Dios quiere ser para nosotros y todo cuánto quiere darnos! ¡Continúa aplicando todas las riquezas de Dios a nuestro ser y todo lo que has logrado! ¡Que sigamos volviéndonos a nuestro espíritu para tocar la realidad del nuevo pacto! ¡Gracias Señor por hacernos aptos para disfrutar todo lo que eres y has logrado!

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