domingo, 19 de noviembre de 2017

Conoscamos mas sobre la difteria



La difteria (del griego διφθέρα, diphthéra "membrana", llamada antiguamente garrotillo y algunas veces cuero)



¿Qué es?
Se trata de una enfermedad infecciosa que afecta principalmente a las amígdalas, la garganta, la nariz, el miocardio, las fibras nerviosas o la piel. Está erradicada y solo prevalece en algunas zonas tropicales. Se produce por una bacteria llamada Corynebacterium difteriae. 



¿Cómo se contrae?
La difteria, según señalan desde Infosalus, es altamente contagiosa y se contrae a través de las vías respiratorias. En concreto a través de las personas que han pasado la enfermedad o que son portadores sanos. Ataca sobre todo a niños menores de cinco años y a personas mayores de 60. 

Síntomas
En ocasiones las primeras manifestaciones de la difteria son cutáneas, de tal manera que la piel adquiere un tono azulado y pueden producirse ulceraciones. Sin embargo lo habitual es que la infección se inicie en las vías respiratorias altas (nariz y garganta). El síntoma más característico en este caso es la aparición en la garganta de una especie de membrana de color negro o gris oscuro, de consistencia dura y fibrosa, que puede llegar a ocasionar importantes problemas respiratorios. De ahí que los principales síntomas sean los siguientes:
Secreción nasal acuosa y en ocasiones con sangre.
    Fiebre.
    Escalofríos.
    Tos perruna.
    Dolor de garganta.
    Dificultad para tragar.
    Ronquera.
    Dificultad para respirar.
    Sibilancias.
    Respiración acelerada.
    Obstrucción de las vías respiratorias.

Tratamiento
Las personas asintomáticas deben recibir un tratamiento antibiótico y mantenerse bajo seguimiento médico, evitando el contagio a otras personas. Pero en aquellas otras que desarrollan claramente la enfermedad, es necesario un tratamiento más agresivo.

La recuperación de la enfermedad es lenta, pero en cualquier caso es que el tratamiento se inicie lo antes posible, incluso sin esperar a los resultados de la analítica que determinará si la toxina que general la bacteria que la causa está presente en la sangre. De hecho, la primera medida del tratamiento es la administración de la antitoxina diftérica por vía intravenosa o intramuscular, con el fin de evitar que ésta pueda alcanzar al corazón y causar la muerte del paciente.

Posteriormente se iniciará un tratamiento con antibióticos, generalmente eritromicina y penicilina; y el paciente deberá mantener reposo en cama. También es importante monitorizar al paciente con la realización de sucesivos electrocardiogramas, con el fin de asegurarse de que el corazón no está siendo afectado por la toxina que produce la bacteria. En función de la sintomatología que presente cada persona también puede ser necesaria la administración de oxígeno, y mantener las vías respiratorias inferiores abiertas, incluso intubando al paciente si es pertinente.



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