miércoles, 29 de noviembre de 2017

Breve historia de Falcón

Breve historia de Falcón


Los habitantes originarios del estado Falcón, antes de la llegada de los europeos a finales del siglo XV, eran principalmente de las tribus de los Caquetíos y los Jirajaras, además de otras tribus vecinas de menor número, como los Ajaguas, Ayamanes y Chipas. En 1499, los exploradores colonialistas Alonso de Ojeda y Juan de la Costa llegaron por primera vez a esta región, pero fueron rechazados con contundencia por las tribus indígenas.

Posteriormente, en 1527, se funda la ciudad de Coro y de inmediato pasa a ser la primera capital de la Provincia de Venezuela, conservándola hasta 1578, cuando la capital política pasa a la ciudad de Caracas. Las tierras del estado Falcón fueron el primer teatro de la ocupación europea en el occidente de Venezuela. En 1528, la Corona Española le otorga a los Welser, banqueros alemanes, una capitulación que los autorizaba a “descubrir, conquistar y poblar la vasta región que comprendía la Provincia de Venezuela”.

En 1546, luego de una serie de conflictos entre los Welser con los habitantes de Coro y la Corona Española, esta última decide dar por finalizada su gobernación.

Una de las primeras rebeliones independentistas que se produjeron en Venezuela fue en el estado Falcón, cuando el 10 de mayo de 1795 el zambo José Leonardo Chirino conduce una alzada, cuya intención era fundar una república de hombres libres. Fracasada la rebelión, Chirino fue ejecutado el 10 de diciembre de 1796.

En La Vela de Coro, el 3 de agosto de 1806, el Precursor de la Independencia, Generalísimo Francisco de Miranda izó por primera vez en suelo venezolano la bandera tricolor en el Fortín de San Pedro e intentó llevar a cabo una rebelión de Independencia. Posteriormente, el 30 de noviembre de 1810, luego de los sucesos del 19 de abril y de la conformación de la Junta de Caracas, el Marqués Francisco Rodríguez del Toro, General en Jefe de los Ejércitos Republicanos, libra en Sabaneta de Coro una batalla contra las fuerzas realistas y logra controlar la ciudad.

En 1815 se creó la Provincia de Coro, integrada también por otros 4 territorios: Barquisimeto, Carora, San Felipe y El Tocuyo. Luego, 44 años más tarde, fue proclamada estado independiente. Finalmente, en 1874, recibió la denominación de estado Falcón. Su nombre se estableció en honor al Mariscal Juan Crisóstomo Falcón, una de las principales figuras de la Federación Venezolana, quien nació cerca de la población de Jadacaquiva, en la Península de Paraguaná.

Santa Ana de Coro

Santa Ana de Coro


Es una de las ciudades más hermosas del país, cuyas calles empedradas te esperan para ser recorridas y contarte su historia. Allí encontrarás casas y templos coloniales en excelente estado de conservación.

En su pintoresco centro histórico podrás visitar algunas de las edificaciones más emblemáticas, en su mayoría declaradas como Monumento Histórico de la Nación: la Basílica Catedral de Coro, el Edificio Santa Rosa, la Iglesia de San Francisco, la Casa de las Ventanas de Hierro, la Casa del Tesoro, la Casa del Sol, el Balcón de los Arcaya, el Museo Diocesano (uno de los más espléndidos museos de arte sacro de Venezuela) y la Cruz de San Clemente, ubicada en la plaza del mismo nombre, en cuyo lugar se ofició la primera misa en América del Sur, luego de la fundación de la ciudad.

Parque Nacional Médanos de Coro

Parque Nacional Médanos de Coro


Fotografia MINTUR

Es un área de singular belleza natural, declarado parque nacional en 1974. Abarca una superficie de 91 mil 280 hectáreas, de las cuales 42 mil 160 son tierras continentales y 49 mil 120 son superficie marina. Posee una altura media de 20 msnm. Puedes admirar y caminar plácidamente sobre sus dunas o médanos, que son acumulaciones arenosas que se desplazan de manera cambiante debido a la acción de los vientos alisios que soplan de este a oeste. Puedes visitarlo sin salir de la ciudad a través del acceso que se encuentra al final del Paseo Monseñor Iturriza.

La Vela de Coro

La Vela de Coro

En 1806 arriba a su puerto el Generalísimo Francisco de Miranda con el primer pabellón nacional, nuestra bandera tricolor. Puedes disfrutar de su centro histórico, declarado Monumento Histórico Nacional en el año 1984, que destaca por sus edificaciones que datan de la época colonial.

Fotografia MINTUR

Otro atractivo, de gran arraigo cultural y reconocimiento internacional, es la celebración de la Fiesta de los Locos de la Vela, que se celebra cada año el 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes. La Vela se encuentra ubicada a 12 kilómetros de la capital del estado.

Península de Paraguaná

Península de Paraguaná

En la Península de Paraguaná podrás encontrar playas para el sano esparcimiento, tales como: Adícora, El Supí, Buchuaco, Tiraya, Villa Marina, Boca de Camino, Playa Bonita, entre otras. También podrás disfrutar de la práctica de actividades acuáticas (windsurfing y kitesurfing).

También podrás visitar el Monumento Natural Cerro Santa Ana, la Reserva Biológica de Montecano, el Cabo San Román (el punto más al norte de Venezuela y América del Sur), el Refugio de Fauna Silvestre y Reserva de Pesca Laguna Boca de Caño (pequeño humedal costero donde se alimentan, reproducen y refugian diferentes especies de la fauna) y las Salinas de las Cumaraguas, donde verás cómo las aguas lucen un peculiar tono rosáceo, a la luz del sol del mediodía, como producto de la gran cantidad de crustáceos cultivados, incluida la artemia.

Si quieres encontrarte con la devoción y la cultura de poblados llenos de historia, te invitamos a conocer los pueblos de Paraguaná, entre ellos: Los Taques, Pueblo Nuevo y Jadacaquiva; con sus hermosas iglesias y casas de hatos, construcciones que datan de los siglos XVIII, XIX y XX.

Patrimonio Cultural de la Humanidad en Falcón

Patrimonio Cultural de la Humanidad en Falcón


Fotografia MINTUR

Nuestro primer patrimonio mundial lo constituye la ciudad de Santa Ana de Coro, por su hermosa y bien conservada arquitectura colonial y la técnica de construcción con barro, y el Puerto de la Vela. Juntos fueron declarados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1993.

Parque Nacional Morrocoy

Parque Nacional Morrocoy


Ubicado en el extremo este de Falcón, fue decretado parque nacional en 1974 y está conformado por 14 islotes o cayos: Muerto, Sombrero, Sal, Peraza, Pelón, Pescadores, Los Juanes, Boca Seca, Mayorquina, Paiclá, Playa Mero, Playuela, Punta Brava y Tucupido. Estos espacios albergan una diversa flora, con manglares, uveros de playa, botoncillos y palmeras; y fauna, como la Tortuga Carey (en peligro de extinción), la Tortuga Verde y el Caimán de la Costa.

Sus paradisíacas playas cuentan con piscinas naturales, arrecifes de coral y aguas cristalinas de poca profundidad, lo que las hace perfectas para practicar snorkeling.

Además, en este parque se encuentra el Refugio de Fauna Silvestre de Cuare, donde puedes hacer observación de aves, tanto al amanecer como al anochecer: Flamencos, Garzas Blancas y Corocoras, esperan por ti.

En los cayos, además de hermosas playas, se consiguen grutas y monumentos naturales, como la Cueva del Indio, donde se aprecian petroglifos de más de 3.500 años de antigüedad, que describen el modo de vida de nuestros aborígenes.

Serranía falconiana

Serranía falconiana

Fotografia MINTUR

Al sur de la ciudad, sobre la Serranía de Coro, se inicia un recorrido con escenarios montañosos de increíble belleza natural, cuevas y cascadas. Encontrarás dos parques nacionales: el Parque Nacional Cueva de la Quebrada del Toro, con una de las cavernas más hermosas de Venezuela y un río subterráneo navegable en botes pequeños; así como el Parque Nacional Juan Crisóstomo Falcón, a media hora de la ciudad de Coro, con un conjunto de espectaculares cavernas y el lago subterráneo más grande del país.


Parque Nacional Morrocoy

Parque Nacional Morrocoy


Fotografia MINTUR
 
Con una extensión de más de 32.000 hectáreas, El Parque Nacional Morrocoy se encuentra en las regiones costeras del estado Falcón entre Tucacas y Chichiriviche. Está formado por un conjunto de islotes o cayos entre los cuales se destacan: Borracho, Pelón, Sal, Paiclá, Muerto, Peraza, Los Juanes y el más concurrido Cayo Sombrero. La poca profundidad de estas playas cristalinas son ideales para la práctica de snorkeling, permitiendo la observación de formaciones coralinas y la fauna marina.


domingo, 19 de noviembre de 2017

CONTRASTES ENTRE EL VIEJO Y EL NUEVO PACTO.



CONTRASTES ENTRE EL VIEJO Y EL NUEVO PACTO.


Por Eduardo Mondaca

¿Qué era el Viejo Pacto?

Así se denomina en el Nuevo Testamento, al pacto que hiciera Dios con Israel en el Sinaí el día que les entregó los diez mandamientos, y las leyes que le regirían como pueblo de Jehová sobre la tierra (Ex.19:5). Este pacto tuvo validez desde ese día recién mencionado, hasta la muerte de Cristo en la cruz, quién con su sacrificio puso fin al viejo o primer pacto, y dio comienzo a uno nuevo, a un mejor pacto; ambos pactos constituyen en sí, el cuerpo y alma de toda la Biblia. Estos dos pactos tienen gran similitud entre sí, pero al mismo tiempo difieren considerablemente el uno del otro. Uno actúa sólo como figura y sombra, mientras que el otro, es la imagen misma.

Hebreos 9:1 dice, que el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal, mientras que el capítulo 8 y verso 5 dice, que ese culto y ese santuario, eran “figura y sombra de las cosas celestiales”, lo cual significa, que todo lo que constituía el viejo pacto; su sacerdocio, su culto, su santuario, todo era sombra o símbolo de las cosas celestiales. Hebreos 10 comienza diciendo que la ley tenía la sombra de los bienes venideros, y no la imagen misma de las cosas. El primer pacto solo fue sombra. La ley, el santuario, el sacerdocio, el culto judío y su templo, solo fue sombra de cosas mejores, y que estaban en el futuro de ellos, pero Israel nunca lo entendió. La sombra indicaba que había una imagen; nadie podía verla, pero todo el sistema del viejo pacto hablaba de esa imagen. Cada detalle, cada elemento, constituía una sombra y figura de una imagen superior, y que el escritor a los hebreos llama “bienes venideros”. Esos bienes venideros, era un nuevo pacto que Dios haría (Jer.31:31), pero no uno más, sino, el más importante de todos; un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas (Heb.8:6); un pacto eterno (Heb.13:20). Al decir: Nuevo Pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer (Heb. 8:13).

¿Qué es el Nuevo Pacto?

El nuevo pacto es la nueva economía de Dios; el nuevo orden divino para el hombre, y lo constituyen Cristo y su Iglesia. Ambos, en su calidad de Sumo Sacerdote y real sacerdocio, conforman el reino de Dios sobre la tierra; el misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres (Ef.3:5).

Cuando Juan el bautista aparece en la escena pública predicando en el desierto de Judea, en su calidad de precursor del mesías, su mensaje era este: (Mt. 3:2) “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Ese reino del que Juan hablaba, era el reino de Dios, el mismo que Jesús confirmó después que Juan fue encarcelado, diciendo: (Mr.1:15) “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”.  Esa palabra es clave: “El tiempo se ha cumplido”. ¿De qué tiempo cumplido está hablando Jesús? Del tiempo anunciado por los profetas antiguos. Tiempo en el que Dios establecería un nuevo pacto con la casa de Israel (Jer.31:31), y traería su reino sobre la tierra. Daniel 2:44 dice:  “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre”. Hay muchos que ven el reino profetizado por Daniel, como un evento todavía futuro, aunque leen lo mismo que leemos nosotros, pareciera que ellos no entendieran lo que leen. Jesús dijo claramente, que su reino estaba presente: (Lc.17:21) “… porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros”; que ya había llegado: (Lc.11:20) “Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros”. Ese reino era el nuevo pacto, la nueva alianza que Dios confirmaría con muchos (Dn.9:27), por medio de la sangre de Jesucristo (Mt.26:28).

Todas las figuras del primer pacto (Israel, la ley, el templo y su culto), había llegado a su fin; la imagen ya era una realidad, Jesucristo el sumo sacerdote de los bienes venideros (Heb.9:11) estaba presente; por tanto, era necesario quitar lo primero, el viejo pacto, para establecer esto último (Heb.10:9), el nuevo pacto.

¿Cuál fue la función del Primer Pacto?

En el viejo pacto, se escondía toda la gloria del nuevo. Pablo habla del misterio oculto desde los siglos y edades, y que ahora ha sido manifestado a los santos que es la iglesia. Ese misterio era Cristo, la gloria del nuevo pacto (Col.1:26, 27). El pacto entre Dios e Israel en el pasado fue como un contrato matrimonial. Dios tomó a Israel como su esposa legítima (Jer.3:14), y por medio de la ley dada en el monte Sinaí, quedaron estipuladas legalmente las mutuas obligaciones y promesas de ambas partes (Ex.34:14). Lamentablemente Israel no fue fiel al pacto (Jer.3:20; 31:32), por lo que Dios en conformidad con las disposiciones pactadas (Deut.28:15) desechó a su pueblo elegido, y transfirió todas las promesas a una nueva esposa, la iglesia. Todas las promesas hechas a Israel en el viejo pacto, se cumplen en la Iglesia.

La gloria del Viejo Pacto

Se ha escrito y hablado bastante con respecto a los materiales con que estaba construido el tabernáculo y su simbología, pero me parece que muy poco, o tal vez, nada se ha dicho sobre lo que representaba el culto que en él se ofrecía. Es sorprendente descubrir, todo lo que guardaba la gloria de la vieja alianza, en especial su culto levítico. En los capítulos 8, 9 y 10 de Hebreos, el escritor hace prácticamente una recreación escrita sobre el culto y los procedimientos que se desarrollaba en el santuario bajo el viejo pacto, destacando las diferentes ceremonias que se realizaban en cada una de las partes del tabernáculo, y su respectivo paralelismo con “los bienes venideros”, que es el nuevo pacto.

El tabernáculo y todo su culto levítico fueron figura de Cristo y su obra completa de la redención. Tanto el sacrificio continuo, es decir, el que se realizaba diariamente en el altar, como el que se realizaba una vez al año en el día de la expiación, prefiguraban al sacrificio expiatorio de Cristo, desde su misma muerte en la cruz  hasta su retorno en gloria en su segunda venida;  pero no se nos ha dicho o explicado el significado completo de esta figura, tal vez, porque no lo han visto claramente; pero permítame mostrarle la figura y su imagen tal cual nos la enseña la Biblia. Ponga mucha atención a lo que va a leer.

El acto supremo de la redención, tiene su figura máxima en el gran día de la expiación, cuando el sumo sacerdote, figura de Cristo, realizaba toda la ceremonia. Toda la observancia de este acto supremo se registra principalmente en Levíticos capítulo 16

"El pacto de Dios con su pueblo"



"El pacto de Dios con su pueblo"



El pacto antiguo que Dios hizo con su pueblo en el monte Sinaí y mejorado con la muerte de Jesús en la cruz, conocido como el nuevo pacto, su propósito ha seguido vigente para cada cristiano hoy día.
Aunque este pacto fue hecho con Adán, y más tarde se le renovó a Abrahán, no pudo ratificarse sino hasta la muerte de Cristo.  Existió en virtud de la promesa de Dios desde que se indicó por primera vez la posibilidad de redención.  Fue aceptado por fe: no obstante, cuando Cristo lo ratificó fue llamado el pacto nuevo. 

La ley de Dios ha sido la base de este pacto, que era sencillamente un arreglo para restituir al hombre a la armonía con la voluntad divina, colocándolo en situación de poder obedecer la ley de Dios.

Dios le hizo una promesa a Abraham: “Camina delante de mí y sé perfecto. Yo cumpliré mi pacto entre yo y tú, y te multiplicaré en gran manera. Tú serás padre de muchas naciones." Génesis 17:1-5.
"En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra" (Génesis 22: 18).  Esta fue "la bendición de Abraham" que habría de extenderse también a los gentiles por medio de Jesucristo "para que la bendición de Abraham en los gentiles fuese en Cristo Jesús; para que por la fe recibamos la promesa del Espíritu. (Gálatas 3: 14).  Todos los que son de Cristo ciertamente son "linaje de Abraham" y "herederos según la promesa" (Gálatas 3: 29). 

El Señor hizo un pacto especial con el antiguo Israel: "Ahora pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y gente santa" Éxodo 19: 5-6.

También se dirige al pueblo que guarda sus mandamientos en los últimos días diciendo: "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable". (1 Pedro. 2: 9.)

Y habló Jehová con vosotros de en medio del fuego; oísteis la voz de sus palabras, mas a excepción de oír la voz, ninguna figura visteis. Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra. Deuteronomio 4: 12,13

En la Biblia aparecen dos pactos: uno "antiguo" y otro "nuevo".  En realidad, no hay más que un pacto: el plan de salvación, que es un "pacto eterno". El pacto eterno es sencillamente lo que Dios ha dispuesto para la salvación de la raza humana.  Este pacto fue establecido con Adán en el Edén y más tarde fue renovado con Abrahán.

Los términos del pacto antiguo eran: Obedece y vivirás. "El hombre que los hiciere, vivirá en ellos" (Eze. 20: 11; Lev. 18: 5.); pero "maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para cumplirlas." (Deut. 27: 26.) 

El nuevo pacto se estableció sobre la promesa del perdón de los pecados y de la gracia de Dios para renovar el corazón y ponerlo en armonía con los principios de la ley de Dios.

"He aquí, vienen días en que haré con la casa de Israel un nuevo pacto, no como el pacto antiguo que rompieron, este es el nuevo pacto que haré con la casa de Israel. Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo".  La ley de Dios era la base del antiguo pacto que Dios hizo con Israel... (Exo. 19: 5- 8; 34: 27, 28); y también era la base del nuevo pacto bajo el cual prometía escribir la ley divina en el corazón. Véase, Jeremías 31: 31 - 34.  Hebreos 8: 8 - 12. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis mandamientos, y guardéis mis derechos, y los pongáis por obra.  Ezequiel 36:27.

Las condiciones por las cuales puede ganarse la vida eterna bajo el nuevo pacto, son las mismas que había bajo el antiguo pacto, basado en la obediencia. Este pacto tiene el mismo valor  hoy día como la tuvo cuando el Señor lo hizo con el antiguo Israel. En el nuevo pacto en que nos ha tocado vivir somos uno en Cristo Jesús, (Gálatas  3:28) y debido a eso debemos reconocer los reglamentos establecidos por Dios en el nuevo pacto que se basan en la obediencia. 

Era sorprendente para judíos y gentiles que ambos hubieran entrado en la relación del nuevo pacto con el Mesías por los mismos medios, aun cuando los primeros tenían la ventaja de haber recibido antes la palabra divina (Rom. 3: 1-2). "Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús." Gálatas  3:28.

Los judíos eran el pueblo escogido de Dios, por medio del cual se había propuesto bendecir a todas las naciones de la tierra. De entre ellos Dios había levantado muchos profetas. Estos habían predicho el advenimiento de un Redentor que iba a ser rechazado y muerto por aquellos que hubieran debido ser los primeros en reconocerlo como el Prometido.

Pablo declara en Romanos 10: 20, 21. "E Isaías determinadamente dice: Fui hallado de los que no me buscaban; (gentiles) manifiésteme a los que no preguntaban por mí. Más acerca de Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor". Véase Isaías  65: 1, 2.

Aunque Israel rechazó a su Hijo, Dios no los rechazó a ellos.  Escuchemos cómo continúa Pablo su argumento: "Por tanto pregunto: ¿Acaso rechazó Dios a su pueblo? ¡De ninguna manera! Porque yo mismo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. Dios no rechazó a su pueblo, al cual conoció de antemano. ¿O no sabéis lo que dicen las Escrituras en el caso de Elías, cuando consultó con Dios contra Israel? Dice: Señor, han matado a tus profetas y han derribado tus altares; y yo he quedado solo, y procuran quitarme la vida.  Pero, ¿qué le dice la respuesta divina? He dejado para mí siete mil hombres que no han doblado la rodilla delante de Baal.  Así también, en este tiempo presente se ha levantado un remanente según la elección de gracia. Romanos 11:1- 5 (RVA)
"Como también en Óseas dice: Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo, (gentiles) Y a la no amada, amada. Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, Allí serán llamados hijos del Dios viviente. También Isaías clama tocante a Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo. Romanos 9: 25 - 29.  (Óseas 2:23, Isaías 10: 22, 23)

El apóstol pablo dice que Dios levantó un remanente de entre el pueblo, del cual él era parte, y a ese remanente lo envío primero a predicar el mensaje de salvación a las ovejas perdidas de Israel. Mateo 10: 1 - 6.

"El pueblo desecha la palabra de Dios"

"Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: "A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles. Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra. Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna. Hechos 13: 46-49.

A pesar del fracaso de Israel como nación, había entre ellos un buen remanente que se salvaría. En el tiempo del advenimiento del Salvador, había hombres y mujeres fieles que habían recibido con alegría el mensaje de Juan el Bautista, y habían sido inducidos así a estudiar de nuevo las profecías concernientes al Mesías.

Cuando se fundó la iglesia cristiana primitiva, estaba compuesta de estos fieles judíos que reconocieron a Jesús de Nazaret como Aquel cuyo advenimiento habían anhelado. A este remanente se refiere Pablo cuando escribe: "Si el primer fruto es santo, también lo es todo, y si la raíz es santa, también lo son las ramas."

Pablo compara el residuo de Israel a un noble olivo, algunas de cuyas ramas habían sido cortadas. Compara a los gentiles a las ramas de un olivo silvestre, injertadas en la cepa madre. "Que si algunas de las ramas fueron quebradas ­escribe a los creyentes gentiles,­ y tú, siendo acebuche, has sido ingerido en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la grosura de la oliva; no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. Pues las ramas, dirás, fueron quebradas para que yo fuese ingerido. Bien: por su incredulidad fueron quebrados, mas tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, antes teme, que si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco no perdone. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios: la severidad ciertamente en los que cayeron; mas la bondad para contigo, si permanecieres en la bondad; pues de otra manera tú también serás cortado." Léase Romanos 11:16-24.

El pueblo de Israel por su desobediencia al pacto cayeron, esto es un ejemplo para cada creyente en estos días, si no nos sometemos a la voluntad de Dios estamos quebrando el pacto que Dios ha establecido desde el principio. Nosotros somos parte del pueblo de Israel, hemos sido injertados al tronco del olivo. Las mismas ordenanzas que Dios les dio a ellos en el pacto son para nosotros también. No podemos decir, los diez mandamientos fueron para los judío, no, también son para cada creyente que ha entrado en el nuevo pacto. Para cada uno de nosotros.

En el nuevo pacto fueron abolidas las leyes de rito y ceremonias tales como, Cédula de los ritos, comida, ó en bebida, ó en parte de día de fiesta, ó de nueva luna, ó de sábados rituales  que se celebraban una vez al año. Estas representaban la sombra de lo porvenir, que es Cristo. Todo esto fue quitado  de en medio y clavado  en la cruz; Lo cual es la sombra de lo por venir; mas el cuerpo es de Cristo. Colosense 2: 14-17.

En el nuevo pacto Jesús dijo: "Si guardareis mis mandamientos, estaréis en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y estoy en su amor." Juan 15:10.  "Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús." Apocalipsis 14:12, Hebreos 4: 4-11.

Pablo como apóstol de los gentiles dice: "la ley á la verdad es santa, y el mandamiento santo, y justo, y bueno". Romanos 7:12.

"En los últimos días líderes religiosos dejaran a un lado la sana doctrina"

 "Quiero que anuncies el mensaje de Dios en todo momento. Insiste en anunciarlo, aunque no parezca ser el mejor momento. Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala; instrúyela con mucha paciencia. Porque llegará el día en que la gente no querrá escuchar la buena enseñanza. En cambio, querrá oír enseñanzas diferentes. Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír. La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que pondrá atención a toda clase de cuentos. (2Timoteo 4:2-4. (Nueva versión, Biblia lenguaje sencillo)

Conclusión:

Es muy importante que comprendamos que el pacto que Dios hizo con su pueblo luego fue mejorado con la muerte de Jesús.

¡Jesucristo fue hecho un pacto para nosotros: Él es el Mediador y el Ejecutor del nuevo pacto!

El deseo del corazón de Dios no es que el hombre le sirva y sea sumiso ante Él. ¡Dios desea darle al hombre todo lo que Él es para que el hombre lo disfrute y lo exprese! Por eso Dios creó al hombre y lo colocó frente al árbol de la vida. ¡Él quería que el hombre lo disfrutara y lo tomara como su vida! Por esta razón Dios llamó a Abraham e hizo un pacto con él, prometiéndole a él y a su descendencia que serían bendecidos. Igualmente por esto Dios escogió un pueblo, Israel, y moró entre ellos. Por la misma razón Dios se hizo hombre en la persona del Señor Jesús; llegó a ser el Espíritu vivificante en Su resurrección y regeneró a muchos creyentes en Cristo para ser Su Cuerpo, para que este Cuerpo fuera Su expresión y reproducción. Todo por esto: ¡Dios desea impartir todo lo que Él es, todas las riquezas de Su ser, dentro del hombre, para que el hombre pueda disfrutarle, sea lleno de Él y exprese a Dios de manera espontánea! Aunque el hombre cayó y llegó a ser pecador, ofendiendo a Dios hasta el extremo, Dios todavía quiere lo mismo. En Su sabiduría el ofreció a Cristo para rescatar al hombre del enemigo y que el hombre pudiera cumplir todos los requisitos de la justicia, la santidad y la gloria de Dios. ¡Cristo vivió como hombre sobre la tierra de manera perfecta, fue llevado a una muerte que es todo-inclusiva y trajo al hombre de regreso a Dios!

En el antiguo Testamento vemos que Dios puso a Cristo por pacto a Su pueblo. Isaías 42:6 dice:
    Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones,

Jesucristo fue hecho pacto para nosotros. ¡Él es la garantía de Dios, el fiador de Dios, pues Él es la herencia para Su pueblo! Este pacto es más sólido que una mera promesa. ¡Es algo validado y promulgado, es decir, anunciado y puesto en vigor por la sangre derramada de Cristo (Mt 26:28)! Cristo promulgó el nuevo pacto (el cual finalmente llegó a ser testamento nuevo) con Su sangre, para la redención de las transgresiones del pueblo de Dios. Él redimió al hombre de vuelta a Dios e hizo al hombre apto para heredar todo de Dios. Ahora Dios es nuestra herencia. ¡El Espíritu es las arras de nuestra herencia (Ef 1.14) y Cristo es el fiador del nuevo pacto! (Heb 7:22). ¡Los atributos divinos de Dios han llegado a ser las inescrutables riquezas de Cristo, que nosotros heredamos, y el Dios Triuno completo es la garantía y las arras que nos asegura y nos adelantan que esto efectivamente está ocurriendo! Cristo es el nuevo pacto que Dios nos entrega. Él es la garantía, la seguridad del nuevo pacto. Él promulgó el nuevo pacto y en Su resurrección Él llegó a ser todo nuestro legado (herencia) según este nuevo pacto y Él es también el Mediador, el Ejecutor, para llevar a cabo este nuevo testamento (Heb 9:15-17).

¡Esto es grandioso! ¡Cristo lo es todo en la economía de Dios y Él es lo único que Dios nos entrega! ¡Él es el Amado de Dios, la corporificación de todo lo que Dios es y todo lo que Dios tiene, y nuestra porción según el testamento nuevo asignado por Dios a nosotros! ¡Hoy Cristo es el Mediador de este nuevo arreglo, pacto nuevo, que asegura que todos Sus creyentes puedan disfrutar a Dios hasta el máximo! ¡También asegura que todos nos beneficiemos de este nuevo pacto! Cristo, como el Ejecutor del nuevo pacto está haciendo que todo nuestro legado, según este nuevo pacto (que está contenido en el Nuevo Testamento) esté siendo aplicado y hecho real para nosotros, los creyentes en Cristo. Él, como la centralidad y universalidad de la economía de Dios, es la realidad del nuevo testamento. ¡El mismo Cristo, siendo tan rico, es el pacto que Dios nos entrega! ¡Por un lado, es un “pacto legal”, que establece obligaciones. Esto compromete a Dios a darnos todo lo que Él es. ¡Por otro lado, Cristo en nuestro espíritu es la realidad del nuevo pacto! Cuando nos volvemos a nuestro espíritu, disfrutamos a Cristo como nuestro Mediador. ¡Él nos aplica todas las riquezas de Dios, todo lo que Dios es y tiene, y todo lo que Cristo ha logrado! [Del Estudio-vida de Isaías tal como se cita en la Palabra santa para el avivamiento matutino sobre el estudio de cristalización de Isaías (2)] [read more this sharing in English also via, Jesus Christ became a covenant to us: He is the Mediator and Executor of the new covenant!]

    ¡Gracias Señor por el Nuevo pacto! ¡Eres la Persona todo-inclusiva que pasó por este maravilloso proceso para llegar a ser el nuevo pacto que Dios nos da! ¡Señor, que sigamos disfrutándote como la realidad de todo lo que Dios quiere ser para nosotros y todo cuánto quiere darnos! ¡Continúa aplicando todas las riquezas de Dios a nuestro ser y todo lo que has logrado! ¡Que sigamos volviéndonos a nuestro espíritu para tocar la realidad del nuevo pacto! ¡Gracias Señor por hacernos aptos para disfrutar todo lo que eres y has logrado!

La Promesa de un Nuevo Pacto



Nuevo Pacto


¿Qué quiere decir la Biblia cuando habla de un nuevo pacto entre nosotros y Dios? El nuevo pacto es la solución máxima para la rebelión humana. Está en la Biblia, Jeremías 31:33, "Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo".

El nuevo pacto entra en acción por medio de la muerte de Cristo. Está en la Biblia, Lucas 22:20, "De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama".

El nuevo pacto significa que podemos ir directamente a Dios a través de Cristo. Está en la Biblia, Hebreos 7:22, "Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto".

Hay perdón de los pecados únicamente a través del nuevo pacto. Está en la Biblia, Hebreos 9:14-15, "¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna".
En el primer pacto ¿qué prometió hacer el pueblo? Está en la Biblia, Éxodo 24:3, "Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todas las leyes; y todo el pueblo respondió a una voz, y dijo: Haremos todas las palabras que Jehová ha dicho".

En el nuevo pacto ¿qué promete hacer Dios? Está en la Biblia, Hebreos 8:10, "Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo".