ÁNGELES
CAÍDOS| No guardaron su propia dignidad
(A) Leemos de ángeles
que «no guardaron su propia dignidad», sino que dejaron su propia morada, y
están guardados, bajo oscuridad, en cadenas eternas para el juicio del gran día
(Jud. 6). Dios no perdonó a los ángeles que pecaron (2 P. 2:4). No pueden
beneficiarse de la obra redentora de Cristo (He. 2:16).
Parece haber para ello
dos razones: aquellos ángeles que han pecado lo han hecho a la plena luz de
Dios, y son totalmente responsables de una apostasía voluntaria y arrogante, no
habiendo nacido como nosotros en pecado dentro de la solidaridad de la raza
humana; también es dentro de la solidaridad de la raza humana que entró Cristo,
en gracia y perfección, por lo que el beneficio de su redención se extiende a
esta raza humana solidaria, y no fuera de ella, y también a aquello que está
bajo el hombre, la misma creación, que será restaurada (Ro. 8:21).
La naturaleza de su
pecado puede estar tratada en Génesis (Gn. 6:2), de lo que quedaría también
memoria en las mitologías de los griegos y otros pueblos, con las uniones entre
dioses y mujeres, de los que nacieron semidioses, «varones de renombre». Su
castigo y el de Sodoma y Gomorra se ponen como ejemplo contra la indulgencia a
la carne y al menosprecio contra la autoridad (2 P. 2:10; Jud. 6-8).
(B) Además de los
anteriores que están guardados encadenados, leemos de ángeles relacionados con
Satanás. El gran Dragón y sus ángeles serán sometidos por Miguel y sus ángeles
y arrojados del cielo (Ap. 12:9). El lago de fuego, o Gehena, ha sido
especialmente preparado para el diablo y sus ángeles. Desdichadamente, muchos
hombres serán también arrojados allí (Mt. 25:41).
Abadón o Apolión es el
nombre de «el ángel del abismo» (Ap. 9:11). Ciertos pasajes de las Escrituras
(Is. 14:12-16; Ez. 28:14-19) pueden arrojar algo de luz sobre la caída de
Satanás, pero no se revela si la caída de aquellos que reciben la denominación
de «sus ángeles» fue debida a la misma causa y si fue al mismo tiempo o no. La
Escritura muestra con toda claridad que todos ellos serán vencidos y eternamente
castigados.
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